La primera ciudad donde vamos a hacer hincapié en su comida, es la ciudad eterna, Roma.
Una ciudad histórica, impresionante para los sentidos. Para todos ellos. Se respira historia por cada rincón y es que… Todos los caminos llevan a Roma.
A todo el que le guste la pasta lo tiene fácil, en cada esquina tienes un buen restaurante, trattoria, paninos…
Aunque también es verdad que en algunos de ellos los precios pueden resultar abusivos. Por ser el primer post, nos vamos a centrar en lo mejor.
Todo lo que os vamos a detallar está cerca del Vaticano, es un sitio al que casi todo el que visita Roma se acerca, y por tanto comer cerca y bien se agradece.
Una bocadillería espectacular, es Panino Divino. Si sales del Vaticano por la Piazza del Risorgimento y subes por Via Ottaviano, se encuentra en la primera calle a la derecha. Los bocadillos están muy buenos. El muchacho que atiende es bastante agradable y habla un poco de español, eliges los ingredientes, te los coloca dentro del bocadillo, a un tostador y a disfrutarlo calentito. No dejéis de pedir mortadela italiana. Es una delicia
Si salís de nuevo a la calle Via Ottaviano, dejando detrás vuestra la Basilica de San Pedro y continuando recto, una vez que paséis la parada de metro, y la de tranvía encontrareis lo que para nosotros fue una de las joyas de Roma. La Cornetteria Dolce Maniera. Tienen unos dulces riquísimos, y muy muy baratos. Está abierta las 24 horas. Una vez que bajes las escaleras de la entrada no vas a saber que escoger para disfrutar. Croissants, donuts, bambas, pizzetas, caracolas… Cada vez que cojas el metro, pararás para un tentempié.
Un restaurante donde disfrutar de ambiente italiano, y comida bastante aceptable a buen precio es “La Fiorentina”. Está regentado por una familia romana, y la cabeza visible es la “mamma”. Es un restaurante italiano de los que si visitas Roma no debes dejar de visitar. Son muy agradables, y la Pizza Cuatro Quesos está deliciosa. Eso si, sin tomate en la base. El tiramisú de postre también está muy rico
Para el final hemos dejado el helado. El helado italiano. Si os situais en la Piazza del Risorgimento, justo enfrente nace la Via Cola di Renzo, pues a 50 metros en esa misma calle, tenéis la heladería “Pompi”. No dejéis de ir. Los helados, magníficos, el tiramisú, exquisito, la tarta de queso, una pasada.
Una recomendación: terminar una maratoniana jornada de visitas con un café en la Piazza Navona es algo que no se olvida fácilmente.
Cinco botellas de cerveza, un paseo por los alrededores buscando color para alegra la mesa, un buen plato de comida
moviéndolas hasta que pierdan un poco el frío y estén más liquidas.
Emplata tres o cuatro profiteroles por plato, añade nata al gusto y espolvorea con virutas de chocolate.
Disfruta y refréscate.
Preparación:
